«Un universo sutilmente humanista, irónico, ambiguo y rico en matices, repleto de anithéroes y anitheroínas hermosos y malditos, violencia descarnada, niños crueles e inocentes, familias disfuncionales unidas por un amor literalmente devorador y, ante todo, una profunda empatía por el marginado. Por el freak, el inadaptado, el diferente y voluntariamente antisocial. Bienvenidos a Mondo Lily, donde, por fortuna, no todo es color de rosa como en Barbieland».

Jesús Palacios


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