Canarias Cinema proyecta doce cortos seleccionados entre 160 trabajos presentados

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• Los trabajos apuestan por historias que reflejan estados de transformación personal, metáforas sobre el mar y la soledad en personas mayores, la relación entre dos jóvenes desconocidos, la comunicación y sus problemas en las redes sociales e historias de curas y piratas
• Los cortometrajistas reivindicaron el cine hecho en Canarias y por canarios como un ejercicio de resistencia y defendieron en las Islas un modelo del cine como un Bien Cultural más allá de las posibles ayudas económicas

Las Palmas de Gran Canaria, sábado 1 de abril de 2017. Los directores de los cortos del apartado canario del certamen, Canarias Cinema, han presentado esta mañana sus trabajos que se proyectan en dos sesiones. Doce producciones que el festival ha seleccionado de un total de 160 cortos presentados.

Concoct or Wander (Lila Organa, 2016, 6’); El desembarco (David Pantaleón, 2016, 4’); Icelands (Miguel Ángel Mejías, 2016, 12’); La campaña (Macu Machín, 2017, 8’); Montañas ardientes que vomitan fuego (S. Delgado, H. Girón, 2017, 14’); Náufragos (Iván López, 2016, 7’) se podrá ver en un primer pase esta tarde de sábado, a las 17.00 horas, Monopol 2 y el próximo lunes a partir de las 18.00 horas.

En la segunda sesión, mañana domingo, 2 de abril, a las 17.00 horas, en la Sala 2 del Monopol, se proyectarán: Osito (Coré Ruiz, 2017, 18’); Paraíso por descubrir (Amayry Santana, 2016); Popoff (Domingo de Luis, 20’); Pozo Negro (Miguel G. Morales, 2017, 5’); Sub Terrae (Nayra Sanz, 2017, 7’) y Toreros (Nacho Bello, 2016, 12’). El lunes, 3, a las 18.00 horas será el segundo pase conjunto de todos los cortos.

Los trabajos apuestan por historias y escenarios que van desde una mirada turística por la periferia de Las Palmas de Gran Canaria, al Delta del Tigre, en Argentina, los volcanes de La Palma, Italia o una pequeña población alemana. Estas producciones giran en torno a historias que reflejan estados de transformación personal, metáforas sobre el mar y la soledad de las personas mayores, la relación entre dos jóvenes desconocidos, la comunicación y sus problemas en las redes sociales e incluso una historia de curas y piratas.

Los cortometrajistas canarios reivindicaron el cine hecho en Canarias y por canarios como un ejercicio de resistencia y defendieron en las Islas un modelo del cine como un Bien Cultural más allá de las posibles ayudas económicas.

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