Tanto tiempo esperando el apocalipsis que cuando pasa, ni nos enteramos. Pero aquí, en La(s) Noche(s) + Freak del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, sí. Aquí sabemos que vivimos ya tiempos post-apocalípticos, post-pandemia y post-todo lo demás. Que nos sentamos no en butacas de cine, sino sobre los restos de la civilización industrial. Que no luchamos contra zombis, sino que somos zombis. Pero nos da igual: nos devoramos, nos vomitamos y nos reinventamos un año más, con nuestros cortos y largos raros, locos, fantásticos, nostálgicos y futuristas (¿hay diferencia?).

Frente a la vuelta al campo, la huida al paraíso natural que proponen muchos, el cine freak nos recuerda el peligro de las utopías rurales del siglo XIX, con GHOSTS OF THE OZARKS, un Weird Western —o en castizo: fantawestern— con ecos de Gótico Americano y Folk Horror, que nos cuenta lo que Shyamalan se calló en EL BOSQUE. Segundo largometraje de los independientes (de verdad que lo son) Matt Glass y Jordan Wayne Long y estreno en nuestro país, un aviso de cómo suelen acabar los sueños comunales al ingenuo estilo trascendentalista americano de Thoreau y Longfellow a los viejos hippies. Atención a su banda sonora y al interludio musical que se marcan Angela Bettis y Tim Blake Nelson. Pocas ganas nos quedan de rellenar la España vaciada después de ver Y TODOS ARDERÁN, segundo largometraje también de David Hebrero, después de su curiosa DULCINEA. Tras las huellas de 30 MONEDAS —la exploitation es señal de lucidez y buena salud mental—, pero con personalidad propia. Como si David Lynch estuviera de vacaciones en un austero pueblo de León, con los armarios castellanos de sus caserones de piedra llenos de esqueletos, y se encontrara con Berlanga y Azcona, leyendo poemas de William Blake. Más una pizca de imitación a la italiana de LA PROFECÍA o LA SEMILLA DEL DIABLO. Nos quitamos el sombrero (o, como no llevamos, nos levantamos la tapa de los sesos) ante la histórica e histérica interpretación de Macarena Gómez, nuestro Goya personal a mejor actriz (del Goya de las brujas y las pinturas negras, por supuesto).

Para redondear nuestra sala de estar con cama, dos piedras preciosas en bruto y en corto, cosechadas en el 4661 Film Fest Certamen internacional de cortometrajes del espacio y ciencia ficción de Yebes-Valdeluz: LA INCREÍBLE VACUNA DEL DR. DICKINSON, gamberrada post-pandemia, animada mucho y bien por Álex Rey; y MI NOMBRE ES KOJI, de David Muñoz, desopilante homenaje a los vástagos de Mazinger Z, sin pudor pero con mucho humor. Eso es todo. El apocalipsis ya fue. Y aquí seguimos nosotros: fragmentados, desintegrados, pero igual de freaks o más que siempre.


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